La
radio popular mantuvo su compromiso con la sociedad, sellando su misión
identificándose con ese conglomerado de personas excluidas, que encontraron en
este medio, la herramienta perfecta para expresarse y el respaldo que tanto
buscaban y se les negaba.
Las radios populares
han guardado celosamente en un baúl, ese ideal que vuelve a resaltar, además de
esas anécdotas, donde destacaron sus cualidades e hicieron prevalecer su labor
como medio social.
Fue ese ideal, la que
ha logrado que éstas cambien de diferentes marcos socio-culturales con el
ingreso de nuevos personajes y un avance tecnológico que trae consigo un nuevo
mundo por explorar y la peripecia exacta para unificar al mundo.
Es así que los
diferentes marcos han hecho del cambio, una opción y una oportunidad de
desarrollo para las personas excluidas, y que no son pocas. En tanto el marco de cultura-política ha
construido un puente democrático, donde no existe espacio para la agresión o
tiranía en la solución de conflictos, sino más bien un camino abierto para el
dialogo y la aquiescencia en hechos de interés popular.
Por
otro lado, la lucha que siempre caracterizó a la radio popular, empieza a
atraer a organizaciones a nivel latinoamericano, con el único fin de difundir
los derechos de esta sociedad desconfiada de sus representantes
gubernamentales, ayudando incluso a que la sociedad civil sea un móvil que guíe
al gobierno hacía la democracia.
Es decir la población
latinoamericana, se ha renovado, logrando establecer su desarrollo local ascendiendo
a un nivel global, pero eso no bastaría, pues la globalización necesita de
herramientas que permitan el envío de información y porque no de la publicidad,
pero ese no es el detalle, porque obtener esas herramientas no era lo difícil,
el problema radica en su facilidad de acceso que genera sobreabundancia de
información y programación radiofónico.
Entonces, ¿Qué
requisitos debe de cumplir la radio del futuro? Para investigadores, la radio
del futuro no abandonará su esencia de ser una radio local, sólo añadirá a su
estructura, nuevas estrategias y otras serán fortalecidas, trascendiendo campos
geográficos, cumpliendo un rol mediador entre el Estado y al población a través
del debate, e diálogo, interactuando con las audiencias, aquella que será
indispensable en la elaboración de la programación, que deberá rescatar y
fomentar las tradiciones, costumbres del pueblo, y aspirando a la cimentación de una sociedad
solidaria moldeada por valores, en toda la nación y en todo el continente y para lograrlo, deberá no sólo pensar si no
también actuar globalmente.
Lo irrealizable abre
paso, a lo realizable, dos tácticas opuestas se unen, pues la misma labor que
cumple la radio en el dominio local, puede adaptarla al ámbito nacional,
teniendo como una buena opción, asociarse a redes o emisoras radiales
nacionales, que tengan planes de acción semejantes para obtener un trabajo
articulado, que además le puede brindar ventajas económicas y organizacionales.
Son esas dos últimas
utilidades que brindan el trabajo coordinado en una red, pero ¿realmente somos
partícipes de una red? ¿Qué es lo que nos brinda una red? Se debe tener en
cuenta que concurrir a una red no es para imponer un estilo ni mucho menos
garantía de calidad tecnológica, sino lo contrario, es la vía correcta en
construcción para un proyecto de comunicación radial.
Y es en este proyecto
integrador de la radio, donde las redes desempeñan funciones prácticas y
necesarias, empezando por lograr inmediatez en el envió de mensajes e impacto
en la sociedad. Buscando contribuir en el desarrollo, democracia y la
producción radial, siendo éste último, el medio justo para que las redes
promuevan la cultura del habla, y priorizando temas relevantes para los
ciudadanos.
La red, además puede
lograr integrar su trabajo local en un ambiente global, aspecto importante para
que la radio obtenga un éxito asegurado en este milenio, que se va inclinándose
a favor de una sociedad desamparada.
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