"Históricamente la filosofía de la radio comunitaria es la de permitir expresarse a los que no tienen voz, de servir de portavoz de los oprimidos (se trate de una opresión racista, sexista o de clase social) y, en general, de ofrecer una herramienta para el desarrollo".
La radio Comunitaria, surge con un compromiso social, especialmente con los sectores más necesitados y vulnerables, con un claro objetivo: darle la posibilidad a los ciudadanos de escucharse y sobre todo de ser escuchados, mediante una comunicación, donde no sólo se ejerza como un derecho, sino también como una condición ineludible para la formación social de la Identidad, siendo ésta un producto de la participación ciudadana, y logrando además que el derecho individual se convierta en un derecho colectivo, donde la sociedad participa, opina y genera acciones corresponsables.
Es así como la radio
comunitaria ha cumplido y viene cumpliendo un trabajo complejo que se ha podido
en sus principios, formar en ciertas ciudades de distintos países y actualmente
llegan a más lugares (aunque para su les brinden la licencia de funcionamiento
tienen que hacer "mil maravillas"), pues los ciudadanos vieron en los
medios comunitarios un instrumento útil para desafiar su realidad. Sin embargo,
aún existen grandes dificultades y baches que superar.
Uno de los grandes
obstáculos que quedan por vencer, se da en el ámbito periodístico, pues las
radios comunitarias radio comunitaria abordan su trabajo sobre dos ejes o puntos importantes como
la libertad de expresión, María Pía Matta: “No
se puede hablar de libertad de expresión, sino se habla de radio
comunitaria", y el otro eje base es el ejercicio de derechos humanos.
Muchos pretenden limitar
esa libertad de expresión, impidiendo que el ser humano desarrolle sus
derechos.
Algunos consideran a las
radios Comunitarias como una radio “chica, “barrial”, sin embargo en este tipo
de radiodifusión su característica y labor tienen un horizonte más amplio,
porque las radios comunitarias están conformados por un conglomerado de
diferentes virtudes, no sólo de reproducir información, hablar por un micrófono
y que esto se transmita por un aparato tecnológico (radio), sino también que se
convierten en puntos neurálgicos en sus comunidades.
Existen también Organismos
Internacionales (como la ONU, Banco Mundial, entre otros), quienes destacan y
argumentan el valor del trabajo periodístico comunitario, pero no ha sido
suficiente.
Las dificultades son tan
enormes como sus retos y metas propuestas. Se habla mucho del funcionamiento
lícito de las radios Comunitarias, y es esto lo que desencadena una serie de
“peros” o trabas que de alguna manera limitan el trabajo periodístico de
emisoras comunitarias.
A pesar de que se mencione
mucho el tema de la legalidad de las radios Comunitarias, en Centro y Sur
América, existen leyes, reglamentos o pretextos para negarla, pues para las
autoridades el periodismo comunitario es una actividad subversiva. Subversiva
en cuanto a que no concuerden con sus políticas o que informen a los
ciudadanos, pues un ciudadano informado, es difícilmente engañado.
Si hablamos de la
legalidad, es imposible no mencionar la utilización del espectro
radioeléctrico, un bien que a pesar de ser público, se encuentra a disposición
de empresas privadas, siendo así el Mercado y sus reglas (políticas), quienes manejan
la actividad radiodifusora, convirtiendo en una especie de embudo o filtro que
determinan quienes tienen o pueden adquirir el uso de dicho espectro; derecho
omiso y esquivo para muchas radios comunitarias.
E incluso que se considere
a esta radio como pocas, pobres, pequeñas, cada una de estas características
impuestas, involucran y contienen limitaciones que muestran claramente las
restricciones para un funcionamiento legal de muchas emisoras periodísticas –
comunitarias.
EL PERIODISMO EN RADIOS COMUNITARIAS
DE AMÉRICA DEL SUR
Los ciudadanos tienen
derecho de informarse, de ser parte de quienes informen, pero claro está que el
periodismo radiofónico va más allá, donde involucra el uso pleno de la libertad
de expresión, derecho fundamental e inalienable de la persona y de los pueblos,
constituyéndose así una garantía de democracia y paz.
Ejercer el periodismo en
las radios comunitarias de América del Sur específicamente, no ha sido ni es
una tarea fácil, como se mencionó: las restricciones u obstáculos que se le
interponen dificultan esta actividad
periodística.
En Ecuador, no fue hasta en
1995 que la ley reconoció a las radios comunitarias radios comunitarias ecuatorianas, pues el Congreso reforma
la Ley de Radiodifusión y Televisión aprobada 20 años antes. Pero fueron esas
mismas reformas a la ley, las que establecieron severas restricciones,
prohibiendo toda actividad comercial, limitando la potencia de transmisión y
exigiendo una aprobación previa del ejército, por razones de "seguridad
nacional".
Pero no sólo es eso, pues
las emisoras comunitarias en Ecuador, deben y tienen que superar grandes
limitaciones cómo falta de dinero, escasa publicidad, una ley donde se
manifiesta que quienes trabajen en la producción de noticias y en sí en el
periodismo, deberán ser periodistas profesionales (contar con una colegiatura).
¿Dónde quedan los
ciudadanos de zonas rurales o incluso de zonas urbanas que no han tenido la
oportunidad de tener una profesión, pero sin embargo tienen voluntad (aunque
las buenas intenciones no bastan), la disponibilidad para aprender de técnicas
comunicacionales y creatividad? Si la audiencia quiere ser emisora, pueden ser
asesorados, sí se les brinda cursos de radio, pueden mejorar significativamente
y formar parte de una emisora radial. Esta ley de alguna manera limita que los
ciudadanos sean constructores de espacios de interacción entre iguales,
haciendo uso del derecho a comunicar.
Ahora, cuando las radios
comunitarias, tienen el permiso para funcionar, cuenta con profesionales en
periodismo, cuenta con el permiso de funcionamiento surgen otra limitación como
es la cobertura.
En
la Radio Comunitaria Chachi de Esmeralda (Ecuador), su cobertura llega solo a
la capital de la provincia, por lo cual las emisiones de la radio no llegan a
todos los pobladores. Es decir se otorgan las frecuencias, los equipos para
difundir cultura, mantener informados a la población, pero no los pueden
escuchar.
En
Chile, existen deficiencias legislativas que de alguna manera obstaculizan el
funcionamiento de las radios comunitarias. En el caso de que alguna emisora
comunitaria se transmita de manera ilegal, se le aplican leyes (artículo 36B –
Ley de Telecomunicaciones), por lo cual la pena sería el embargamientos de
equipos, impidiendo la libertad de expresión, una libertad que les da empoderamiento
a los ciudadanos.
En
tanto Argentina, las radios comunitarias han recibido mayor respaldo del
Estado. La presidenta de Argentina Cristina Fernández, promulgó en el 2009 la Ley
de Servicio de Comunicación Audiovisual, como dice María Pía Matta: “ La ley de medios aprobada por la presidenta Cristina Fernández" define al actor comunitario, entrega frecuencias y también
financiamiento. Es una ley muy bien hecha”.
Quien tampoco es ajeno a
esta problemática es Perú, pues las radios comunitarias funcionan, pero
necesitan la autorización (legalidad) para su funcionamiento. El encargado de
dar un frecuencia para la emisión de una emisora comunitaria, es el Gobierno
exactamente el Ministerio de Transportes y Comunicación, mediante el PNAF
(Programa Nacional de Atribución de Frecuencias).
Sin embargo toda ley tiene
un reglamento, y aquí radica el peligro para que una emisora funcione
lícitamente y propague su libertad de expresión. El reglamento menciona la
capacidad de transmisores (menor de 500 vatios en AM y 100 Kvatios en FM).
Es así que en nuestro Perú
falta impulsar el Plan Nacional de Atribución de Frecuencias que respalden y
den la oportunidad a que las diferentes culturas se expresen, esas mismas que
se encuentran en comunidades campesinas, nativas y en general, donde se
garantice la formalización de emisoras y de su contenido para una legítima
libertad de expresión.
A pesar de existir
leyes, aún falta un compromiso de los Estados de los diferentes países con las
radios que cumplen una labor sin fines de lucro, y es quizá lo que se teme,
pues existen Gobiernos que pretenden financiar a emisoras comunitarias, pero a
cambio de “algo”, o que las clausuran cuando atacan a sus intereses, o cuando
no están a favor de determinados grupos políticos.
RADIOS COMUNITARIAS EN AMERICA DEL SUR
https://www.youtube.com/watch?v=kPWDs9FK8i0
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